
Rappi- El unicornio colombiano.
En el mundo empresarial actual, Rappi puede considerarse como un verdadero unicornio, tanto por su valuación como también por el hecho de haber sido concebido como un apéndice de otra compañía que luego se vio eclipsada por su crecimiento imparable en toda la región.
Fundada en Bogotá en el año 2015 por los colombianos: Simón Borrero, Sebastián Mejía, Felipe Villamarín y Juan Pablo Ortega; inició su camino con el fin de aportarle una solución a la logística de una plataforma tecnológica creada para el sector retail.
Nadie se imaginaba lo que el destino le tenía preparado a Rappi, ni sus propios fundadores se esperaban de la magnitud que iba a adquirir la empresa; que a través de sus usuarios y clientes fue adquiriendo nuevas funcionalidades hasta convertirse en una aplicación cortaplumas 4.0.
De repartir simplemente comida, pasó a ser una aplicación en la cual se repartía víveres, medicamentos, dinero; a repartir lo que sea, así lo que sea literalmente hablando.
Su éxito trascendería fronteras tal así que hoy Rappi está presente en nueve mercados Colombia, Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador, México, Chile, Perú y Uruguay. Es ahí donde radica en sus más de 10 millones de usuarios activos en todos los países anteriormente mencionados.
Una lluvia de dinero.
El modelo de negocios detrás de Rappi fue lo que atrajo a toda clase de inversionistas. Su estructura se basa en ejercer como un intermediador, una suerte de plataforma de contacto entre los usuarios que tienen necesidades y un equipo de repartidores, conocidos como “rappitenderos”.
Está muy claro que Rappi es un claro ejemplo de modelo exitoso, ya que la empresa está valorada en mil millones y se plantea que para fines de 2020 la empresa tenga un costo de seis mil millones de dólares.
¡Definitivamente un caso de mucho éxito!
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